martes, 9 de agosto de 2011

Pura realidad

Los más puros y lúcidos paisajes, no existen, esos hondos manjares del universo, no hay; aunque se jacten de tener un habitar aislado, es inexpresable, y no se puede designar, son amaneceres sin principio, que guían mundos sin nombrar; no lloran las cosas que no tiemblan, y no te va a querer, lo que no puede ni girar.
Un absoluto techo inmóvil de historias que no se cuentan, y ningún valle que pasear; son sólo vuelos impunes de certezas, puntos nulos de azar; es el intocable interior del alma, lleno de musas por despertar.

Amor, amar existe, la pequeña interacción de dejarse crear, en la superposición de un sueño que genera rocas y montañas al abrazar, realiza en esencias los besos, y es reserva de la magia vital; con sólo abrir ese escondite, donde ninguna luz, y ni un color había, en esa constante nulidad, irrumpe una belleza inolvidable, que no te deja regresar, brota el mundo, y tu lugar, tocamos figuras que brillan nuevas de sólo chocar, que se aprenden y se enseñan al rozar, nos encandilan cuentos ciertos y llevan ganas a pintar, se enlaza la vida a todo, de verdad, con una música animal creciente, siembran tierra, vino, casa, y un cielo que es real, éste es un concreto fuego, un porvenir a templar, existir, a pesar y a costa de un vacío tiempo, y un irrelevante final, que a lo sumo me van a ayudar a que me vaya mucho antes, de poderte toda olvidar.