lunes, 12 de julio de 2010

Libertad


Cárcel demasiado grande


Aunque todo el perímetro de Rusia estuviese rodeado con un alto y denso tejido de acero, que impidiera el paso de personas, animales e incluso insectos...

Un pequeño caracol que nace en el centro, no puede ser encerrado por esa jaula.

Puede el caracol ir donde quiera, que no encontrará ese tejido. Aún si durante toda su vida (unos 5 años), se le ocurriera ir a su máxima velocidad (0,05 km/h) en una misma dirección, durante las 24 hs, viajaría unos 2200km.
Nunca podrá alcanzar el borde por sus propios medios, tiene entonces la posibilidad de moverse su vida entera hacia donde quiera!, y morirá sin jamás saber que todo el tiempo estuvo "encerrado".

Si fuera más grande, longevo, o veloz... estaría claramente encarcelado. Gracias a su lentitud, pequeñez y fugacidad, este caracol, puede tener libertad. En una cárcel gigante, no hay peor cosa que ser un gigante.Así se salvan los pequeños peces de las redes.

Lo mismo que nos limita es lo que nos permite libertad. Nuestros límites culturales y biológicos nos protegen de percibir otros límites externos. La libertad requiere ser esclavos de unos límites para librarse de otros.

Pero esa lentitud que da posibilidades de movimiento no da mucha ventaja frente a depredadores, como tampoco la tienen los pequeños peces..

Quizás es exagerado decir libertad, son solo diferentes límites.

Libertad y Límite, tienen más que la L en común.