martes, 1 de julio de 2014

VALSE

Acunan con brisas
que dejan el canto
alunan las risas
que estaban andando

se sueltan arrugas
terminan estando
en filos sin vuelo
que unen cortando.

Se vuelcan raíces
moliendo a mano
alumbran cortinas
desiertas de trapo

asumen de besos
que vienen contando
ni savias ni tizas
se aprenden de paso.

pasar,
pasar de dos
pasar,
pasar con vos

Me sientas alientas
en ruedas de llanto
no suman nobleza
malezas sin campo

pequeña poema
tristeza del trazo
frutal esperanza
amanece despacio.

pasar,
pasar de dos
pasar,
pasar con vos

miércoles, 15 de mayo de 2013

Reglas en juego

Reglar la sintaxis permite realizar un ritual de certezas mecanizado y repetitivo, similar a los que hacen las máquinas o los que se utilizan en ceremonias para invocar espíritus. En este caso es para pedir inspiración, se acude en ritual al azar infinito, que deja de serlo en la subjetividad del escritor y del lector (porque estamos obligados a interpretar), es respetando formas que intentamos desligarnos de la responsabilidad sobre la obra,  es una forma de lavarnos las manos y esquivar la culpa que produciría una declaración completamente irregular, en cambio un medio reglado nos salva del contenido; ya no puede ser irregular.

Es más fácil decir algo haciendo un retruécano,
que hacer un retruécano para decir algo;

es más fácil decir algo haciendo un haiku,
que hacer un haiku para decir algo;

es más fácil decir algo haciendo X,
que hacer X para decir algo;

es más fácil decir, que hacer.


sábado, 6 de abril de 2013

Seda

Sé que poner más letras en desenredarte es verter mal un encanto,
en esto no hay decisión; las ideas van sin mí,
se me fuga la verdad para donde estás vos.

Te digo acá florecen figuras de viernes por lo menos desde el martes;
y sé que por moverme no va a pasar algo más,
tengo claro lo inútil de anticipar,
y que hay jugadas en vano por jugar.

Pero ir a revolcar el colchón con veinte palabras,
para notar que apenas tironeamos una sábana de estilos,
me deshilacha el alma.

Sigo, porque leo ceda en cualquier tela,
y detener el todavía, me hace respirar.

Aparece un envión atolondrado,
que surca el mundo como si no estuviera,
un indiferente raspar,
una cuchara incompleta sin sombra, llenándose al ras,
esto es el fondo de un bols, un espumoso preparado de postre.

Alisto mi cara de saber andar y avanzo,
busco en el bolsillo, al final,
estiro los dedos entre las llaves,
toco las últimas fichas que voy a tocar,
y ahora, ahí, quiero encontrarte.

El que late presiente cada incendio,
pero las apuesto, acá mismo las tiro ya,
que se prendan así hoy son cena,
o arden plenas para otra vez será.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Té para tres.

Ella, luz, existe al rozar,
su forma es en conjunto a tocar,
sólo en relación es color,
y se oculta negra cuando nadie la acompaña;
tanto,
que si el cielo no la ataja en la luna,
no tiene donde brillar.

Las estrellas se pueden mirar para siempre,
son de derramar muchos sueños y ninguna caricia.

Alejadas en el cielo, hechas hay, llamas enteras de esos brotes,
que no pueden tener nombre, y no nos vienen a visitar.

Intocables dulces paraísos de brillo,
separados entre sí por oscuros campos,
nublados de lamparitas apagadas.
En un hondo silencio, que algo puede enseñar.

Saber combinarse,
saber es combinarse,
vos junto a lo que admite un nombre y está cerca,
hacer tres con dos,
que sólo ese mundo sabemos armar.

martes, 9 de agosto de 2011

Pura realidad

Los más puros y lúcidos paisajes, no existen, esos hondos manjares del universo, no hay; aunque se jacten de tener un habitar aislado, es inexpresable, y no se puede designar, son amaneceres sin principio, que guían mundos sin nombrar; no lloran las cosas que no tiemblan, y no te va a querer, lo que no puede ni girar.
Un absoluto techo inmóvil de historias que no se cuentan, y ningún valle que pasear; son sólo vuelos impunes de certezas, puntos nulos de azar; es el intocable interior del alma, lleno de musas por despertar.

Amor, amar existe, la pequeña interacción de dejarse crear, en la superposición de un sueño que genera rocas y montañas al abrazar, realiza en esencias los besos, y es reserva de la magia vital; con sólo abrir ese escondite, donde ninguna luz, y ni un color había, en esa constante nulidad, irrumpe una belleza inolvidable, que no te deja regresar, brota el mundo, y tu lugar, tocamos figuras que brillan nuevas de sólo chocar, que se aprenden y se enseñan al rozar, nos encandilan cuentos ciertos y llevan ganas a pintar, se enlaza la vida a todo, de verdad, con una música animal creciente, siembran tierra, vino, casa, y un cielo que es real, éste es un concreto fuego, un porvenir a templar, existir, a pesar y a costa de un vacío tiempo, y un irrelevante final, que a lo sumo me van a ayudar a que me vaya mucho antes, de poderte toda olvidar.

martes, 26 de julio de 2011

La aceptación del sin sentido y la reacción romántica

Toda búsqueda de explicación nos lleva a una mayor confusión, no dudo que Isaac Newton fue un genio, equiparar a la luna con una manzana, es genial, pero también hay que notar algo, equiparar la luna con una manzana, es absurdo, ponerle Gravedad a este asunto fue posiblemente muy acertado, por ser grave, y porque la palabra gravidez, significa embarazo.

Hijo de Newton

Aunque la historia nos cuenta que Isaac Newton nunca tuvo hijos, en su Gravedad, dejó un embarazo que luego de siglos de gestación, nace en una forma insospechada.
Al inicio del siglo XX la teoría atómica nos hizo sentir seres universales: “El material del cual estamos hechos fue forjado en las estrellas”, pero mientras avanzaba el siglo y la unificación, el entusiasmo fue inseparable a una trampa, la percepción de este todo fue como alejarse de una playa, y mar adentro, ya todo es mar, no hay firmeza de donde agarrarse, la unificación nos deja en una llanura donde ni siquiera la luz tiene luz.

El Quijote era un nostálgico de épocas doradas de caballeros andantes (que quizás nunca existieron), él veía gigantes donde había molinos de viento.

Hoy parece que los gigantes y los molinos de viento ya no son diferentes, en un inesperado desarrollo del siglo XXI (que Cervantes nunca hubiera sospechado), se revela que su Quijote estaba viendo la verdad, la realidad desnuda.

Pero la intención de Cervantes permanece intacta, su ironía y su romanticismo pueden encontrar lugar hoy, la reacción es inevitable, y para intentar traducir un accionar Quijotesco a esta época, se necesita recorrer el sendero opuesto, partiendo a sabiendas de que ninguna cosa tiene sentido, partiendo de que cualquier molino no sólo puede ser un gigante, sino que es un gigante, se procede a delirar un mundo que tiene sentido y separabilidad, un mundo ilusorio donde cada cosa es cada cual.


El Quijote del siglo XXI es un nostálgico de épocas doradas del pensamiento y el razonar, actividades de tiempos lejanos (que quizás nunca existieron), él ve molinos reales, donde sólo hay gigantes imaginarios.

Hace tiempo que se puede retratar un rostro en una fotografía, sin embargo pintarlo a mano aún es posible, y es arte, el razonamiento hoy está automatizado en computadoras, por eso el viejo razonar humano y directo, es una actividad artesanal, romántica. Considerar la posibilidad de pensar es ya una actitud Quijotesca.


"..y si se acabase el mundo y alguien preguntase a los hombres: «Veamos, ¿qué habéis sacado en limpio de vuestra vida y qué conclusión definitiva habéis deducido de ella?», podrían los hombres mostrar en silencio el Quijote y decir luego: «Ésta es mi conclusión sobre la vida ... ¿podríais condenarme por ella?"    Fedor Dostoievski


domingo, 24 de abril de 2011

Ritual

Veo tus rulos entre el vapor del café con leche,
vuelco azúcar, del sobre a la espuma.
Mientras, dos vasos de soda transpiran la servilleta, como si nada,
(con motivo, pero sin motivación, son un eco de la verdad cero,
la temida nada detrás de todo.)

Vos charlando animada, te escucho, te hablo,
nos rodean normalidad, esperanza, bazar, decoro, tensión, frivolidad..
hasta que, vi que tenías una pequeña miga de pan tostado pegada en la mano,
no importaba si llamabas al mozo, si me contabas algo serio o te reías,
seguía ahí, junto a cada movimiento tuyo,
de dónde vino, no sé, pero ahora vos dibujás letras de pan,
ahora tus gestos son dirección de orquesta, pases de magia,
esa tu música despluma de un saque a toda palabra que no quiero escuchar,
ya está, esa migaja ingenua me encandila, así son las ganas que tengo de quererte,
por fin, cómplice gota de pan, pegamento del viento, abrazo local, coexistencia.

Puedo invocar reinos de papel, pruebas de sangre,
tapas de empanadas, rellenos de colores,
pintares y condimentos, pero cualquier intento es poco decir,
no puedo ni quiero -decirte-,
estos trazos, actos, son tentativa de limitar al fantasma, y no de evitarlo,
estoy al servicio de moderar el agujero con cuentos,
edificar la ternura, hacer cálido, para que haya algún : no te preocupes yo estoy,
no importa, y gracias de verdad.

Frené un ángulo real con el pecho y me quemé de frío,
me costó despegarme de su hielo a los tirones.
Perdí una parte de mí, pero me salvé de evitarlo.

Construcción. Ritual. Que para destruir basta con no hacer nada.